viernes, 17 de mayo de 2013

Tiempo, tiempo y tiempo

Tiempo. Tiempo. Tiempo. ¿Qué hacemos más que perderlo o ahorrarlo? ¿Por qué no vivirlo en todo su esplendor? Nuestra inconsciencia lo maneja como le da la gana: rápido cuando debe ir lento, lento cuando debe ir rápido, confuso cuando tiene que ser concreto, concreto cuando nunca debería de serlo... Algo tan exacto y a la vez tan abstracto, igual que el aire o las olas del mar.
Tiempo. Tiempo. Tiempo. Ese que parece un suspiro cuando te haces viejo, ese que cada día me doy más cuenta de que se me escurre entre los dedos. ¿Puedo recogerlo? ¿Qué forma y color tiene? Azul y cuadrado, negro y redondo, verde y aplastado ... Presente, futuro, pasado... volvería hacia atrás, cambiaría muchas cosas, pero también cambiaría yo.
En realidad odio el tiempo. Odio el tiempo como odio  todos los límites. Odio el límite entre la locura y  estar cuerdo... Quién dice que estás aquí o está allá? Odio el límite entre lo bello y lo repulsivo, entre lo felíz y lo triste. Odio el límite entre el tiempo y mi vida, pero, ¿que es la vida más que el transcurso del tiempo?, ¿qué es una vida más que una historia que contar? No se puede contar algo sin tiempo, ni una historia transcurrir sin un tic tac.
Tic-tac, tic-tac ... A saber cuántos tics y cuantos tacs llevo aquí perdidos escribiendo.



"Detalles" que te cambian la vida

En esta ocasión no quiero orientarme simplemente cara lo histórico y cultural, sino en la evolución personal, psicológica y emocional que durante estos últimos cinco años ha experimentado mi amiga Sofía Querol Herrero, viviendo de primera mano lo que es el cáncer...

Con sus obstáculos no sólo ha aprendido y madurado ella, sino que la hemos acompañado en ese viaje todos los que la rodeamos. Lo convertimos de alguna manera en algo mutuo, y si ella padece, nosotros también lo hacemos. Es obvio que el cáncer no es algo que se pueda desear, pero cualquiera se asombraría de muchas cosas buenas que lo acompañan. Antes de tenerla a mi lado mi vida era ingenua, despreocupada... Todo me era indiferente, no le encontraba el encanto a mi día a día.
Sofía ha conseguido hacerme crecer como persona, me ha hecho abrir los ojos y apreciar la vida más que a nada, a luchar y seguir adelante por ella, a verle lo dulce y emocionante de crecer junto a ella, a valorar cada cosa con el peso que se merece ... 
Soñadora, extrovertida y alocada, siempre me ha cautivado con su manera de transmitir sentimientos de la forma más pura a través de las palabras, de dar en el clavo cuando quiere expresar algo.
Aquí dejo su blog donde habla de sus problemas, alegrías y sus quebraderos de cabeza, siempre con su pequeño toque especial: 


Por último, aquí os dejo algunas preguntas sobre la "memoria histórica" de su enfermedad, para así mostraros un poquito de la realidad de su/nuestro día a día.





"Tengo más vicios que virtudes... Y casi más cicatrices que lunares. Pero prefiero que haya algo que deje huella en mí, y en mi piel, a que la vida se me pase indiferente"

jueves, 16 de mayo de 2013

Café con mamá

Aquí os dejo un vídeo de mi Montse, mi queridísima mamá contándome la historia de su vida mientras nos tomamos un café. Hacer este vídeo me ha hecho recordar y escuchar algunas cosas nuevas de un pasado que, aunque no lo haya vivido, siento parte de mi propia historia, ya que me condiciona día a día directa o indirectamente. 
Ojalá me parase más a menudo a preguntarle este tipo de cosas a la gente, porque tiene que haber demasiadas historias impresionantes que no se pueden quedar  entre bastidores...  No creo que tenga mucho más que explicar, ya que el vídeo lo dice todo.

A escasos metros de mi casa

Desde que nací vivo en el barrio de Canido, el barrio más alto de todo Ferrol. Todo aquí tiene su encanto propio, desprende felicidad y vida,como en la zona de las Meninas, donde todas las casas están pintadas por diferentes artistas con una interepretación libre sobre el famoso cuadro de Velazquez. 
                                                                            




Aunque ahora todo vaya con calma, antiguamente fue un lugar clave de los fusilamientos ocasionados entre 1936 y 1939. Constaron de 566 ejecuciones, de las cuales 345 fueron consideradas irregulares sin juicio previo y 221 a través de juicios sumarísimos. 
El cementerio que existía antiguamente aquí era la causa de que se eligiera este lugar, enterrando los cadáveres en fosas comunes. Entre todos los muertos se pueden destacar personas como el 
almirante Antonio Azarola y Gresillón o el capitán de navío Sánchez Ferragut.





 La iglesia aquí situada (grabada para el corto) era antiguamente la capilla de dicho cementerio y, cuando fue clausurada, todos los cuerpos no reclamados por sus familiares fueron enterrados debajo de la estructura.  
Buscando información, un comentario de una mujer me dejó sorprendida. En unas obras en el instituto la Filial afirmó haber presenciado cómo sacaban los huesos de aquellas víctimas.

Aquí dejo un vídeo donde intento plasmar la desesperación, así como la pasividad de la iglesia y otras instituciones ante semejante atrocidad.